No se si te has dado cuenta pero los profetas están de moda. Lo profético está en tendencia en la mayoría de los círculos cristianos. Especialmente en ambientes carismaticos, el mayor elogio que persiguen muchos es ser reconocidos o llamados “profetas”. Y pienso que debemos practicar mejor discernimiento al asociar o identificar personas, eventos, o movimientos como “profético”.
Y esto no es solo una recomendacion mia, sino que el Apóstol Juan nos advirtio que debemos probar los espiritus:
Queridos amigos, no les crean a todos los que afirman hablar de parte del Espíritu. Pónganlos a prueba para averiguar si el espíritu que tienen realmente proviene de Dios, porque hay muchos falsos profetas en el mundo.
1 Juan 4:1 NTV
Estoy convencida que la falta de probar o averiguar la fuente espiritual de personas nos pone en riesgo de ser engañados. En nuestros círculos eclesiásticos permea una pereza espiritual que hace a las personas susceptible a creer todo lo que escuchan. Ademas, sospecho que la desesperación de individuos por recibir “una palabra” o “una profecía” es donde radica el peligro. Y honestamente, creo que muchos practican una forma de idolatría por enfocarse en profecías en vez de centrarse en relacionarse con Dios directamente.
Por favor no me malinterpretes. Yo creo en las profecías. Por lo tal creo en el don profético y en la oficina del profeta. Sin embargo, mi argumento es que necesitamos discernir (y evaluar) así como nos prescribe la Biblia.
Escribo todo esto porque recientemente he escuchado mucho acerca de los hijos de Isacar. Y al reflexionar y meditar sobre ellos, percibí algunas cosas que muchos predicadores no dicen o señalan.
Introducción sobre los hijos de Isacar
Cuando personas predican sobre “los hijos (o descendientes) de Isacar”, siempre invitan al oyente a SER COMO los “hijos de Isacar”. Los predicadores animan a los creyentes a imitar la habilidad (o don) y la gracia en la que ellos operaban. Muchos de los predicadores asocian a los hijos de Isacar con ser profetas.
El versículo célebre sobre los “hijos de Isacar” que muchos predican es el siguiente:
De los hijos de Isacar, 200 principales, entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos.
1 Crónicas 12:32 RVR1960
La interpretación de este pasaje lleva a muchos a concluir que los descendientes de Isacar eran consejeros hábiles y certeros. El hecho que “todos seguían” sus consejos, nos dice que gozaban de credibilidad respaldada por hechos contundentes. Muchos concluyen que las victorias de guerra de Israel estaban directamente relacionadas al consejo de los “hijos de Isacar”.
El versículo de 1 Crónicas 12:32 se encuentra entrelazado en la historia del proceso de David al hacerse rey sobre todo Israel. En este capitulo de la Biblia, al lector se le da a conocer la cantidad de personas que se unieron al ejército de David para confirmarlo rey. Es una historia impresionante porque hace hincapié en la unión de los israelitas al distanciarse del rey Saul para aliarse a David.
Hay varios detalles que son significativas en la narración. Pero, en esta entrada me quiero enfocar en un pequeño detalle.
Fijémonos en los números y las cifras
Debido a mi experiencia como ingeniera, tengo una mente inclinada a las matemáticas. Por ende, casi siempre los números me llaman la atención. Mientras empecé a meditar sobre los hijos de Isacar, el número de jefes de su tribu me intrigo.
Fíjate que la Biblia dice “200 principales”. Otras versiones escriben “200 jefes”. Enfoquémonos en el número 200.
Ahora, compara esta cifra con todas las demas cifras sobre los guerreros y oficiales que se unieron a David de cada tribu (1 Cronicas 12:23-37):
- 6,800 guerreros de la tribu de Juda
- 7,100 guerreros de la tribu de Simeón
- 4,600 guerreros de la tribu de Leví
- 3,000 guerreros de la tribu de Benjamin
- 20,800 guerreros de la tribu de Efraín
- 18,000 hombres de la media tribu de Manasés
- 200 jefes de la tribu de Isacar
- 50,000 guerreros de la tribu de Zabulón
- 1,000 oficiales y 37,000 guerreros de la tribu de Neftalí
- 28,600 guerreros de la tribu de Dan
- 40,000 guerreros de la tribu de Aser
- 120,000 soldados de las tribus de Rubén y Gad y la media tribu de Manasés
Al sumarlos todos, incluyendo los 200 jefes de la tribu de Isacar, el total es 337,100.
Observando la escala de números, lo impresionante para mi es que el número más pequeño en la lista es el de los hijos de Isacar: 200. Entre tantos miles y miles de guerreros, el grupo más pequeño es el de los consejeros.
Conclusión
Hay varias interpretaciones e inferencias que podemos hacer basado en el pasaje en su totalidad. Y el Espíritu de Dios puede darnos mayor entendimiento sobre lo significativo de este pasaje.
Sin embargo, lo que quiero destacar es que para tener éxito, no es necesario escuchar MUCHAS voces.
Cada tribu contribuyó algo específico y significativo al ejército de David. Y me emociona pensar que los consejeros fueron contados entre el grupo más pequeño y selectivo de todo el ejército. Al parecer, los israelitas tenían oídos prestos para un grupo de 200 jefes y nada más.
Entonces, en un mundo donde TODOS quisieran ser como los “hijos de Isacar”, propongo que hay pocos que en verdad son eficaz en entender los tiempos. Consecuentemente, son pocos los que tienen verdadera revelación sobre lo que debemos hacer en la actualidad.
Mi precaución es que debemos discernir mejor para identificar los verdaderos “hijos de Isacar” en estos tiempos.
Continuara…
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